Un prefecto condenado en una causa narco pidió domiciliaria pero Comodoro Py le dijo no

La Cámara Federal de Casación Penal le puso otro candado al pabellón del ex hombre de la Prefectura Naval en Corrientes Raúl Gastón Fontana, quien sufrió un revés en su pedido para pasar a cumplir en su domicilio una condena dictada en los marcos de un juicio por narcotráfico, informaron este miércoles fuentes judiciales.

La Sala III de los tribunales de Comodoro Py, integrada por Alejandro Slokar, Javier Carbajo y Gustavo Hornos, rechazó en las últimas horas un recurso presentado por la defensa de Fontana para obtener el beneficio de la prisión domiciliaria a partir de la condena a cuatro años de prisión que recibió en marzo de 2023 por confabulación en el marco de un juicio por narcotráfico.

El caso se remite a los tiempos en los que el exhombre de la Prefectura cumplía funciones como jefe de Operaciones de Frontera de la delegación Corrientes de la Prefectura Naval y en uso de su jerarquía dentro de la fuerza participó de maniobras de narcotráfico.

Fontana, de 43 años de edad, había solicitado en octubre último que le permitan cumplir la condena en su casa, para ponerse al cuidado de sus dos hijas menores de edad.

Pero su solicitud no solo fue rechazada en el Tribunal Oral Federal de Corrientes, donde lo sentenciaron, sino también en Casación. Ahora, por segunda vez.

Esto es así, ya que su abogado presentó un recurso de queja, con lo cual solo le resta recurrir a la Corte Suprema de Justicia, la última instancia.

Las maniobras cometidas por Fontana se registraron en el primer semestre de 2021 y salieron a la luz a raíz de escuchas telefónicas que se realizaron a partir de una investigación de Gendarmería en la zona de Yahapé, a 100 kilómetros al noreste de la capital provincial, y que se ventilaron en el juicio del año pasado.

Así se pudo establecer que el prefecto mantenía un fluido contacto con un lugareño, Aníbal Vicente Torres (39), quien era coaccionado para que cruzara la droga desde Paraguay y avisara cuando ya estaba en poder del comprador.

Es que el prefecto aprovechaba su cargo para interceptar esos cargamentos y así engrosar su legajo dentro de la fuerza.

Fontana, primero, estuvo al frente de la Prefectura de Itá Ibaté y luego pasó a desempeñarse como jefe de Operaciones de Frontera de la fuerza.

Según los testigos, el vínculo con el otro imputado comenzó cuando una patrulla de la fuerza sorprendió al guía de pesca en infracción.